Ominoso matrimonio de conveniencia entre Putin y Kim
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Ruchir Sharma FT View© 2023 The Financial Times Ltd.
No hace mucho, Vladimir Putin de Rusia se sentó a la mesa con los líderes del G7. El hecho de que ahora esté tendiendo la alfombra roja al dictador de Corea del Norte, Kim Jong Un, es una señal de hasta qué punto ha llevado a su país al aislamiento y, sin duda, de su necesidad de aumentar el suministro de armas para su desastrosa guerra en Ucrania.
Kim aprovechó la oportunidad para reducir su propio aislamiento. La relación emergente entre ambos es un acontecimiento ominoso para EEUU y sus aliados occidentales, para Ucrania y para la estabilidad en Asia.
“Un acuerdo de armas entre Corea del Norte y Rusia es una mala noticia para Ucrania, EEUU e incluso China”.
Poco se reveló sobre el fondo de las conversaciones. Pero hay indicios convincentes de que giraban en torno a un acuerdo para que Pyongyang suministrara municiones a Moscú a cambio de ayuda material y tecnológica. Kim tiene un enorme arsenal de municiones compatibles con las armas de Rusia y una gran base de producción.
Rusia puede ofrecer cereales y petróleo crudo muy necesarios a Pyongyang, aunque lo que más le interesa a Kim probablemente sea la ayuda técnica para desarrollar armas, misiles, submarinos nucleares y satélites militares espías.
Si incluso solamente se concretan algunos elementos de ese acuerdo, las implicaciones serán profundas. Podría ayudar a Rusia, si no a lograr avances importantes en Ucrania, al menos a mantener su guerra demoledora. Entonces se podría persuadir a Corea del Sur, que tiene un gran arsenal de armas más avanzadas, para que done armas directamente a Ucrania. Esto crearía vínculos entre puntos de tensión militares asiáticos y europeos a miles de kilómetros de distancia.
Mientras tanto, un acuerdo de armas con Rusia socavaría las sanciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) contra Corea del Norte que Moscú votó a favor de apoyar en fecha tan reciente como 2017. El aumento de las capacidades militares gracias a la ayuda de Moscú podría comenzar a envalentonar a Kim, poniendo en peligro la estabilidad en la península de Corea, y podría impulsar a Japón y Corea del Sur a profundizar su propia cooperación militar con EEUU, afianzando una dinámica de bloques opuestos en Asia.
Es probable que nada de esto le agrade a China. Sin embargo, si bien Pyongyang depende en gran medida del comercio y el suministro de alimentos y combustible de China, limitar cualquiera de ellos correría el riesgo de socavar la prioridad estratégica de Beijing de preservar la estabilidad en la península.
EEUU y sus aliados estarán aún más perturbados, pero carecen de herramientas para influir en Rusia o Corea del Norte más allá de intensificar las ya extensas sanciones. A pesar de las recientes tensiones entre EEUU y China, Washington también debería intensificar sus esfuerzos para llegar a entendimientos con Beijing en áreas de interés común, lo que debería incluir hacer todo lo posible para frenar a los gobiernos cada vez más descarriados de Moscú y Pyongyang.